
El estrés es una sensación de tensión emocional o física. En cantidades tolerables, puede ser beneficioso, como cuando le ayuda a cumplir un plazo. Pero cuando persiste durante mucho tiempo o se vuelve abrumador, puede tornarse en perjudicial para la salud.
Una investigación realizada por científicos de Canadá, Países Bajos y Estados Unidos reveló más pistas para comprender cómo el estrés puede alterar la formación de recuerdos específicos y provocar memorias generalizadas.
El hallazgo, publicado en la revista Cell, se hizo a través de un estudio con modelos animales, en este caso ratones. Pero los investigadores consideran que podría llegar a explicar por qué las personas con trastornos mentales que generan estrés perciben a menudo amenazas en ambientes o en situaciones inofensivas.
Qué relación hay entre el estrés y la memoria
El estrés tiene una relación compleja con la memoria. Generalmente, los acontecimientos emocionales o estresantes suelen ser más memorables. Sin embargo, también puede dificultar la evocación de los recuerdos. Se sabe que en personas con enfermedades, como el trastorno por estrés postraumático o el trastorno de ansiedad generalizada, pueden producirse cambios preocupantes.
El trastorno de estrés postraumático es una afección que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual. En tanto, la ansiedad generalizada es una afección que se caracteriza por una preocupación excesiva e incontrolable sobre muchas cosas.
En ese tipo de trastornos se generan los llamados “recuerdos aversivos sobregeneralizados” que dificultan la distinción entre situaciones seguras y peligrosas.
En diálogo con Infobae, Noelia Weisstaub, bióloga, investigadora y vicedirectora del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional, con sede en Fundación INECO, Universidad Favaloro y Conicet, comentó: “Se trata de un trabajo interesante. Encontraron un circuito específico que produce memorias aversivas y pudieron revertirlo en ratones. Tal vez el circuito es más grande y podría tener otras estructuras participando”.
Fotos: Web.
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