En la emisión número 13 de «¿Qué pensamos cuándo sentimos?» La licenciada Talía Gerechter charló con el licenciado en psicología, especialista en fobias Gustavo Bustamante, sobre la fobia social, la ansiedad y la relación que tienen las redes sociales con la problemática de relacionarnos día a día.
¿Qué es la fobia social? Es un miedo desproporcionado al ser observado por otras personas. Los síntomas aparecen en situaciones públicas, como estar en una fila, hablar con otros, exponer o dar una lección y pueden incluir sudoración, taquicardia, ruborización, temblores, tartamudeos y el deseo de escapar. Las personas con fobia social temen ser evaluadas negativamente por otros, lo que puede llevarlas a evitar situaciones sociales.
Según Gustavo, aproximadamente el 13% de la población podría sufrir esta fobia, con el perfeccionismo como una fuente común de ansiedad. Las redes sociales pueden tener un impacto tanto positivo como negativo en este trastorno, ya que ofrecen un espacio para la exposición, pero también pueden reforzar la percepción de peligro social.
Un estudio sugiere que muchas personas desarrollaron fobia social después del encierro durante la pandemia, lo que indica un impacto significativo en su bienestar.
Es importante distinguir entre la timidez común y el trastorno de ansiedad social, que puede interferir con la vida diaria. Los síntomas incluyen miedo a ser juzgado, angustia por la vergüenza, evitación de situaciones sociales y síntomas físicos como enrojecimiento y temblores.
El trastorno de ansiedad social puede comenzar en la adolescencia y persistir en la edad adulta. Los síntomas pueden variar con el tiempo y pueden empeorar en situaciones estresantes. Evitar situaciones sociales puede aliviar temporalmente la ansiedad, pero el tratamiento adecuado es fundamental para abordarla a largo plazo.
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