25 años del estreno de un clásico: Los Soprano

“Los Soprano”, la serie dramática criminal que sigue a un capo de la mafia ítalo-americana de Nueva Jersey que inicia un tratamiento psicológico tras sufrir ataques de pánico, cumple 25 años de su estreno convertida en un verdadero ícono, considerado por especialistas no sólo como el título que inauguró una nueva “Edad de Oro” de la TV sino tal vez como la mejor ficción en la historia de la pantalla chica.

Creada por David Chase y estrenada en HBO el 10 de enero 1999, el relato sobre Tony Soprano y sus traumas al tratar de compaginar sus dos núcleos de pertenencia -su familia y “la familia”- retomó los existentes arquetipos del género cinematográfico de gangsters y los llevó a nuevos límites al servirse de las posibilidades que ofrecía el formato episódico y la voluntad de romper moldes que demostraban por entonces los responsables de la señal de cable.

La premisa misma suponía novedad: Tony, encarnado por el inolvidable James Gandolfini, un jefe de nivel intermedio-alto de un grupo de mafiosos de Nueva Jersey sufre varios colapsos nerviosos mientras intenta encontrar el balance entre sus actividades “laborales” y su vida familiar suburbana. La solución, a regañadientes, someterse a terapia psicológica.

En sus 86 episodios (hoy disponibles íntegramente en HBO Max), “Los Soprano” trajo nuevamente temas recurrentes en las historias de gangsters, como la relación intrincada del crimen organizado y el «progreso» de la economía en Estados Unidos, pero impulsó novedades como un retrato del rol de las mujeres en las familias ítalo-americanas, especialmente al introducir papeles femeninos fuertes en un género que nunca las tenía y, en contraposición, al destacar el aspecto humano y hasta vulnerable de los hombres de ese mismo mundo.

Estuvo entre las precursoras en llevar a la TV la estética del cine, en realzar la música en la pantalla chica, también en el desarrollo de arcos narrativos más complejos (que se extendían toda una temporada, y no seguían el habitual estilo auto-conclusivo en cada capítulo).

El personaje terminó con el fin de la serie en 2007 -en un desenlace con un corte de plano a negro que todavía hoy genera enfervorizadas discusiones entre los seguidores- pero su marca es indeleble.

Su impacto, y la insoslayable interpretación que hizo Gandolfini, puede resumirse con una cita de Vince Gilligan, creador de otro fenómeno como fue “Breaking Bad”, que tras la muerte del actor en 2013 admitió: “Sin Tony Soprano, no habría habido un Walter White”.

Fotos: Reuters.

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