Azúcar mascabo: Diferencias y propiedades

En medio de la movida por una alimentación más consciente y menos procesada, hay un ingrediente que está volviendo a las alacenas porteñas con la fuerza de un clásico reversionado: el azúcar mascabo.

Lejos de los brillos blancos y los procesos industriales complejos, este endulzante rústico se presenta como una alternativa más natural y con un sabor que nos remite a las cocinas de la abuela. Pero, ¿qué onda con el mascabo? ¿Es para cualquiera? Acá te contamos los detalles.

¿Qué es el Azúcar Mascabo?
Para entenderlo fácil, el azúcar mascabo es el jugo de la caña de azúcar en su estado más puro. A diferencia del azúcar blanco refinado, que pasa por un montón de procesos para quitarle impurezas y melaza, el mascabo se obtiene simplemente evaporando este jugo. Esto hace que conserve esa humedad característica, un color marrón oscuro y un sabor intenso con notas a caramelo y hasta regaliz. Es como si te estuvieras comiendo la esencia misma de la caña.

Las Propiedades: ¿Es Oro en Polvo Dulce?
Si bien sigue siendo azúcar y, por ende, hay que consumirlo con moderación, el mascabo tiene algunas cositas a su favor:

Conserva nutrientes: Al no ser tan procesado, mantiene algunas vitaminas del complejo B y minerales como el potasio, el magnesio y el hierro, aunque en cantidades modestas.
Menos procesamiento: Esto significa que tiene menos aditivos químicos y conservantes que el azúcar blanco.
Índice glucémico ligeramente menor: Algunos estudios sugieren que su índice glucémico es un poco más bajo que el del azúcar refinado, lo que podría generar un aumento más gradual del azúcar en sangre. ¡Ojo!, esto no significa que sea apto para diabéticos sin control médico.

¿Quiénes pueden darse el gusto y quiénes deben andar con cuidado?
¡Luz verde para…
Aquellos que buscan una alternativa más natural: Si estás tratando de reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, el mascabo puede ser un buen reemplazo para el azúcar blanco en tus preparaciones caseras, infusiones o el cafecito de la mañana.
Los que disfrutan de sabores intensos: Su perfil aromático único puede darle un toque especial a tus recetas, desde un bizcochuelo hasta un adobo para carnes.
Personas sin problemas de salud específicos: Siempre con moderación, puede formar parte de una dieta equilibrada.

¡Ojo acá…
Diabéticos: Si bien su índice glucémico podría ser ligeramente menor, sigue siendo azúcar y afecta los niveles de glucosa en sangre. Su consumo debe ser estrictamente controlado y consultado con un médico o nutricionista.
Personas con obesidad o sobrepeso: El mascabo aporta las mismas calorías que el azúcar blanco. Su consumo excesivo puede contribuir al aumento de peso.
Niños pequeños: No se recomienda el consumo de azúcares añadidos en niños pequeños.

¿De dónde proviene?
El azúcar mascabo no es una novedad. De hecho, se produce tradicionalmente en varias partes del mundo, especialmente en regiones donde se cultiva la caña de azúcar de forma artesanal. Países como India, Filipinas, Brasil y algunas zonas de Latinoamérica son productores históricos de este tipo de azúcar. En Argentina, si bien no es la variedad más común, se puede encontrar producción a menor escala y también se importa de estos países.

El azúcar mascabo se presenta como una opción interesante para aquellos que buscan un dulzor más auténtico y menos procesado. Sus notas de sabor particulares y la conservación de algunos nutrientes lo hacen un ingrediente a tener en cuenta en la cocina. Sin embargo, no deja de ser azúcar, por lo que la moderación es clave y las personas con ciertas condiciones de salud deben consultar a un profesional antes de incorporarlo a su dieta.

Foto: Web.

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