¿Qué mecanismo se activa en nuestro cerebro cuando memorizamos? ¿Cómo funciona nuestra mente para que nos permita aprender matemáticas, interiorizar el método de Descartes o comprender las causas que llevaron a la caída del muro de Berlín? Un grupo de neurocientíficos del Trinity College de Dublín acaban de publicar un estudio en el que muestran que el aprendizaje se da gracias a la formación de patrones de conectividad entre las células engramas de nuestro cerebro.
Estas células engramas se encuentran en distintas partes de nuestro cerebro y son las redes de neuronas donde almacenamos las experiencias que vivimos (ir al cine con amigos, asistir a una clase de cocina o escuchar un podcast de neurociencia). Así, estas experiencias se guardan en las engramas como un recuerdo potencialmente recuperable. Pero exactamente, ¿cómo lo hacen?
Como sabemos, el cerebro está compuesto por redes dinámicas de células que se encuentran en un constante cambio, ya sea por el aprendizaje o por el envejecimiento del cuerpo. El reto para los científicos es descubrir qué es lo que hace que una memoria provoque ese cambio en el cerebro, cómo se almacena esa información.
Para ello, el equipo expuso a dos animales a dos experiencias similares entre sí que pudieran crear algún tipo de recuerdo en su cerebro. Mediante técnica genéticas, los científicos etiquetaron dos grupos diferentes de engramas para poder monitorear cómo se quedaba grabado ese aprendizaje en las células, cómo se creaban esas nuevas conexiones. Luego usaron la optogénetica para controlar dicha actividad cerebral con luz, para demostrar que estas conexiones eran necesarias para se produjera el aprendizaje.
Es decir, si no se formaba una nueva conexión entre las células engramas, no había aprendizaje. Es más, para establecer ese nexo recién creado, identificaron un mecanismo molecular mediado por una proteína específica en la sinapsis, que es el espacio existente entre dos células. La sinapsis contribuye en la regulación de la conectividad entre las células engrama.
Lo que este estudio demuestra, en conclusión, es que los cambios producidos en las sinapsis son el mecanismo para que nuestra memoria se almacene en el cerebro. Este descubrimiento no solo nos ayuda a entender mejor cómo aprendemos o cómo formamos recuerdos, sino también a acercarnos más a comprender cómo funciona nuestro cerebro. Como apunta este estudio del Trinity College de Dublín, quizás la clave esté en mirar más entre las células y no tanto dentro de ellas.
Fotos: Archivo.
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