Día Mundial del Cáncer: 7 hábitos para reducir el riesgo y prevenirlo

Enfermar de cáncer no es lo mismo hoy que hace 50 años, ni siquiera que hace 20. Los avances registrados en las últimas décadas en el conocimiento de cada uno de sus tipos, en los métodos de diagnóstico, y en los tratamientos, han sido vertiginosos y cambiaron el pronóstico de los pacientes.

Pese a eso, la enfermedad oncológica sigue siendo una de las principales causas de muerte en Argentina y el mundo. Mejorar el acceso a la detección temprana y a las terapias innovadoras son dos de los principales desafíos. Pero no son los únicos. La prevención es otra gran deuda.

Se estima que entre un tercio y la mitad de los casos de cáncer podrían evitarse reduciendo la prevalencia de factores de riesgo conocidos, entre los que se incluyen los vinculados al estilo de vida (mala alimentación, inactividad física, consumo de alcohol y tabaquismo), infecciones, contaminación ambiental y la exposición a radiación ultravioleta sin protección.

Un estudio reciente realizado por investigadores de los Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estimó que los avances en la prevención y detección del cáncer evitaron más muertes por los cinco tipos de cáncer más frecuentes (de mama, de cuello de útero, colon, pulmón y próstata) en los últimos 45 años que las mejoras en los tratamientos.

Claro que no todos los tipos de cáncer son igual de prevenibles. Y además, en algunas personas, los antecedentes familiares pueden favorecer el desencadenamiento de la enfermedad, aunque la predisposición genética no es una sentencia y no implica que necesariamente que vayan a desarrollarla. De hecho, el factor hereditario sólo es preponderante en un pequeño porcentaje (del 5 al 10%) del total de casos, informa el Instituto Nacional del Cáncer, que depende del Ministerio de Salud.

Exista o no riesgo genético, los buenos hábitos juegan un rol central, ya sea para evitar, reducir el riesgo o retrasar la aparición de la enfermedad. Pero no solo eso: contribuyen en el tratamiento y pronóstico de personas ya diagnosticadas.

Por eso, en el Día Mundial del Cáncer, repasamos 7 hábitos que ayudan a prevenir hasta la mitad de los casos.

1. Llevar una alimentación saludable
Adoptar una alimentación saludable basada tanto en el consumo diario de frutas y verduras (al menos cinco porciones por día) y de legumbres, cereales integrales y frutos secos, como en la reducción del consumo de fiambres, embutidos, manteca, leche entera y de productos de pastelería, snacks y golosinas, entre otros, es la recomendación que encabeza el listado elaborado por el Instituto Nacional del Cáncer.

Es que está demostrada la asociación entre el sobrepeso y la obesidad y tumores como los de mama, colon, esófago, endometrio y riñón, entre otros. Y si bien no son sus únicas causas, la mala alimentación y el sedentarismo se cuentan entre los principales factores de riesgo para el sobrepreso y la obesidad.

Una buena alimentación no solo favorece un mejor control del peso, sino que puede jugar un rol protector frente al cáncer. Eso no quiere decir que existan alimentos que por sí solos eviten o curen la enfermedad, ni algo así como una «dieta anticáncer», enfatizan los especialistas.

2.Ejercicio físico regular
La práctica de ejercicio físico en forma regular es otro de los pilares de la prevención del cáncer. «La actividad física puede actuar disminuyendo el riesgo de cáncer que está asociado a cambios hormonales, factores de crecimiento, inmunidad y mecanismos antioxidativos», afirman desde el INC.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la realización de al menos 150 a 300 minutos de actividad aeróbica moderada a vigorosa por semana para todos los adultos y dos sesiones semanales de entrenamiento de resistencia, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidades, y un promedio de 60 minutos por día para niños y adolescentes.

Combinar en la rutina ejercicios regulares de fortalecimiento muscular (sentadillas, remo, planchas, entrenamiento con peso) con actividades aeróbicas (caminar, correr, nadar, andar en bicicleta) puede ayudar a reducir la mortalidad por cáncer, según una revisión sistemática de estudios epidemiológicos publicada en International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity.

3.Evitar el consumo excesivo de alcohol
Si bien la recomendación extendida es evitar el consumo en exceso de alcohol (no superar la ingesta de más de dos vasos de vino o 350 cc de cerveza al día), la evidencia muestra que no hay nivel de consumo seguro.

Un estudio global de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) concluyó que el 4% de los casos de cáncer diagnosticados durante 2020 a nivel mundial fueron atribuibles al consumo de alcohol, principalmente excesivo, pero también moderado.

El consumo de alcohol es factor de riesgo para muchos tipos de tumores, como los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon y recto y mama. El riesgo de cáncer aumenta según la cantidad de alcohol que se consume.

4.Cuidarse en la exposición al sol
El consejo es evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas y utilizar protectores solares y ropa que proteja la piel, medidas que deben cumplirse todo el año (no solo en verano) y extremarse especialmente en los grupos más vulnerables: niños menores de 3 años y personas de piel blanca, cabello y ojos claros.

La radiación UV es un factor de riesgo reconocido para los cánceres de piel. Es emitida naturalmente por el sol y por algunas fuentes artificiales, incluyendo camas solares. Se estima que más de la mitad de los casos de melanoma en nuestro país pueden ser atribuidos a la exposición a rayos UV.

5.No fumar
Fumar es la principal causa evitable de cáncer en todo el mundo. Está asociado al desarrollo de 14 tipos de cáncer. A nivel global, es responsable del 20% de las muertes por cáncer y del 70% delos fallecimientos por cáncer de pulmón, informa el Ministerio de Salud.

Por eso, la recomendación fundamental es no fumar y mantener los ambientes libres de humo.

En las personas que fuman, dejar el tabaco reduce considerablemente el riesgo de desarrollar y de morir por cáncer:

  • Las personas diagnosticadas con cáncer que dejan de fumar, reducen el riesgo de aparición de un segundo tumor y el riesgo de morir por la enfermedad, en ciertos casos hasta un 30% y 40%.
  • Cinco años después de dejar el cigarrillo, el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga se reduce a la mitad. Mientras que el riesgo de cáncer de cuello de útero llega a ser como el de personas no fumadoras.
  • Luego de 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón es cerca de la mitad que el de una persona que continúa fumando. Además, disminuye el riesgo de cáncer de laringe y páncreas.

6.Prevención de infecciones
Algunos casos de cáncer se asocian a agentes infecciosos como Helicobacter pylori, virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C virus del papiloma humano (VPH), virus de Epstein-Barr, virus del herpes humano tipo 8 (asociado al sarcoma de Kaposi), entre otros.

No todos pueden prevenirse, pero algunos sí. Usar preservativo o campo de látex en todas las relaciones sexuales reduce el riesgo de infecciones de transmisión sexual como el VIH, asociado con la probabilidad de desarrollar Linfoma y Sarcoma de Kaposi y el Virus del Papiloma Humano (VPH) vinculado al cáncer de cuello de útero, entre otros.

No obstante, dado que el VPH se transmite por contacto sexual (por ejemplo, manos en contacto con zonas genitales), el uso del preservativo no evita totalmente su transmisión.

La infección persistente por los tipos de VPH de alto riesgo oncogénico se vincula a la gran mayoría de los casos de cáncer cervicouterino, pero también se asocia a otros tumores en mujeres y hombres (cabeza y cuello, ano, pene, vagina). En Argentina, la vacuna contra el VPH está incluida en el calendario, es gratuita y obligatoria al cumplir los 11 años.

Asimismo, la infección por el virus de la hepatitis B puede provocar cáncer de hígado. La vacuna contra el VHB ofrece una protección superior al 95%. Desde 2012 es obligatoria para todas las personas de cualquier edad.

7.Controles de salud

Todos los hábitos mencionados anteriormente constituyen lo que se conoce como prevención primaria. La línea de cuidado frente al cáncer continúa con la prevención secundaria, es decir, la realización de estudios de screening o rastreo que favorecen la detección temprana de algunos tipos de cáncer o de lesiones precursoras que, sin tratamiento, pueden convertirse en tumores.

Los controles indicados son:

  • Mujeres de 25 años en adelante deben realizarse el examen de PAP o Test de VPH a fin de detectar la presencia de VPH de alto riesgo, virus que si no se trata, con el tiempo puede convertirse en cáncer de cuello de útero.
  • En mujeres a partir de 40 años, una mamografía anual ayuda a detectar el cáncer de mama en forma temprana, lo que eleva las posibilidades de curación.
  • Hombres y mujeres a partir de los 50 años deben realizarse estudios de rastreo de cáncer de colon, como el test de sangre oculta en heces y/o colonoscopía.
  • En hombres a partir de los 50 años se recomienda un control urológico anual para detectar en forma precoz el cáncer de próstata y evaluar su abordaje.
  • Fumadores y ex fumadores que tengan entre 55 y 75 años (con un historial de fumar 30 paquetes por año, que fume en la actualidad o haya dejado el cigarrillo en los últimos 15 años) deben someterse a detección temprana con tomografía computarizada de tórax de baja dosis.

En todos los casos, las personas con antecedentes familiares deben comenzar antes.

Y más allá de lo estudios de rastreo, la consulta médica de rutina es fundamental, destaca Milagro Federik, del Instituto de Oncología del Hospital Alemán. «Visitar al médico regularmente para chequeos y consultar cualquier síntoma inusual puede ayudar a detectar el cáncer en sus primeras etapas», advirtió.

Fotos: Web.

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