Hollywood: ¿qué presupuestos se manejan hoy para las películas?

La meca del cine global, sigue siendo sinónimo de grandes producciones, efectos especiales deslumbrantes y, por supuesto, presupuestos que superan la imaginación del común de los mortales.

En un panorama post-pandemia y con la consolidación de las plataformas de streaming, la industria cinematográfica se enfrenta a un doble desafío: cautivar a una audiencia que tiene más opciones que nunca y justificar inversiones que, en muchos casos, rozan cifras astronómicas.

Hoy, es más claro que nunca que los estudios apuestan a lo grande, especialmente en franquicias ya establecidas y películas de acción y superhéroes.

¿Cuánto cuesta realmente una megaproducción de Hollywood en estos días? La respuesta no es sencilla, pero los números hablan por sí solos: centenares de millones de dólares son la norma para los tanques que buscan dominar la taquilla mundial.

Tomemos como ejemplo películas recientes y sus costos de producción (excluyendo gastos de marketing y distribución, que pueden sumar otro tanto):
«Inside Out 2» (2024): Con una inversión de 200 millones de dólares, Pixar y Disney apuestan fuerte por la animación de alta calidad y una historia que ha conquistado a millones.
«Deadpool & Wolverine» (2024): Otro gigante de Disney, esta vez del universo Marvel, se eleva también a los 200 millones de dólares, demostrando que las franquicias de superhéroes siguen demandando cifras exorbitantes.
«Dune: Parte Dos» (2024): La épica de ciencia ficción de Warner Bros. Pictures requirió unos 190 millones de dólares para sus impresionantes efectos visuales y paisajes desérticos.
«Gladiator 2» (2024): La esperada secuela del clásico de Ridley Scott, con un presupuesto de 250 millones de dólares, promete un espectáculo grandioso, aunque la cifra ya genera debate sobre su rentabilidad.
«Fast X» (2023): La décima entrega de la saga «Rápidos y Furiosos» rompió la barrera de los 340 millones de dólares, un testimonio de la ambición y complejidad de sus escenas de acción.
«La Sirenita» (2023): El live-action de Disney tuvo un costo de 300 millones de dólares, reflejo de la alta demanda de efectos visuales y la recreación de mundos submarinos.
«Indiana Jones y el Dial del Destino» (2023): La despedida de Harrison Ford como el famoso arqueólogo no fue barata, con un presupuesto de 300 millones de dólares.

¿En qué se va tanto dinero?
La distribución de un presupuesto de Hollywood es un entramado complejo.

Se divide principalmente en:
«Above the line»: Aquí entran los salarios de las grandes estrellas, directores, guionistas y productores. Son los «talentos creativos» y, a menudo, la porción más visible del pastel. Por ejemplo, actores como Adam Sandler (con su lucrativo acuerdo con Netflix, que le valió USD 73 millones en 2023), Margot Robbie (quien no solo protagonizó sino que también produjo «Barbie», ingresando unos USD 59 millones en 2023), Tom Cruise (quien, además de su sueldo base, negocia porcentajes de la taquilla, lo que le permite seguir en la cima con ganancias de USD 45 millones en 2023) o Ryan Gosling (con USD 43 millones por su trabajo en «Barbie»), pueden llevarse decenas de millones de dólares por una sola película.

«Below the Line»: Incluye los costos directos de producción: salarios del equipo técnico (cámaras, sonido, iluminación), construcción de sets, vestuario, maquillaje, efectos especiales prácticos y alquiler de equipo.

Postproducción: Edición, mezcla de sonido, efectos visuales generados por computadora (CGI), música original y masterización. Esta es una partida que ha crecido exponencialmente con la sofisticación de la tecnología.

Marketing y distribución: Sorprendentemente, a menudo estos gastos pueden igualar o incluso superar el costo de producción de la película. Publicidad en televisión, redes sociales, tráilers, giras de prensa y los acuerdos con salas de cine representan una inversión gigantesca.

El constante aumento de estos presupuestos también se ve afectado por la inflación, que encarece todos los insumos, desde la mano de obra especializada hasta los materiales y la tecnología. Además, la competencia con las plataformas de streaming ha llevado a los estudios a invertir más en producciones de alto impacto para asegurar que el público siga eligiendo la experiencia de la pantalla grande.

El riesgo es, evidentemente, muy alto. Una película de 200 o 300 millones de dólares necesita recaudar, al menos, el doble de su presupuesto para empezar a ver ganancias, considerando los porcentajes que se quedan las salas de cine y los gastos de marketing. En esta carrera por la grandiosidad, Hollywood sigue demostrando que está dispuesto a apostar fuerte, esperando que la magia del cine, en su versión más espectacular y costosa, siga atrayendo a las masas a sus salas.

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