La inteligencia artificial (IA) goza de una relevancia significativa en la actualidad ya que ha tenido la capacidad de impactar múltiples sectores. Prueba de ello es la importancia que ha adoptado ChatGPT en la agenda del día a día.
Es que según Exploding Topic, esta inteligencia artificial cuenta con 180.5 millones de usuarios mensuales a diciembre de 2023, cifra que ejemplifica la popularidad de la herramienta.
Además, la IA “permite analizar grandes cantidades de datos, extraer información relevante y generar soluciones óptimas en menos tiempo lo que se traduce en un aumento de la productividad de las empresas. Un valor agregado de la Inteligencia Artificial, es el lograr prevenir fallos de sistema y errores humanos, pues detecta anomalías, riesgos o vulnerabilidades, así como aplicar medidas correctivas”, dijo Gustavo Ramírez, sales manager de Red Hat para la región andina.
En este contexto, cada vez es más común establecer una conexión con un chatbot para consultar, analizar o gestionar información de cualquier tipo.
Sin embargo, en varias ocasiones el usuario no consigue una respuesta que esté a la altura de sus expectativas.
1. No hay que rendirse
Cuando un usuario le formula una pregunta a un chatbot y este no otorga una respuesta a la altura de la solicitud, se opta, casi siempre, por cerrarlo.
En este punto, los prompts usados cobran relevancia dentro de la interacción robot-humano. Estos recursos son esencialmente una instrucciones o preguntas que la IA presenta o que el usuario produce.
Por ejemplo, una analogía podrían ser las preguntas que hace un vendedor a un comprador para ayudarlo a encontrar lo que busca en una tienda. Por ejemplo, cuando el chatbot dice “¿En qué puedo ayudarte?” o “Por favor, introduce tu número de reserva”, está brindando un prompt. Y así, cuando el usuario o el comprador (siguiendo el ejemplo) responde está ofreciendo otro diferente.
2. Ser concisos
Siguiendo la lógica de los prompts, entre más claros sean estos, se nutren mucho las interacciones con el chatbot. Por tanto, hay que ser muy claro y específico con lo que se pregunta.
Por eso, no hay que ir con rodeos ni ambigüedades que entorpezcan las consultas que se le hagan a la IA. Los chatbots suelen estar programados con algoritmos de inteligencia artificial que interpretan el lenguaje humano, pero su capacidad de comprensión puede ser limitada y depende en gran medida de la información que reciben.
3. Entre más contexto, mejor
Giovanni Stella, director de Google Colombia, explicó durante una socialización de Bard, IA de dicha empresa, que a estos modelos se les puede otorgar roles para que cumplan a cabalidad las preguntas. Es decir, “si un usuario necesita organizar un viaje, este puede decirle a la IA que haga de un empleado de agencia de viajes”, ejemplificó el ejecutivo.
Otro ejemplo es que en lugar de pedir algo tan general a una IA como una propuesta de dieta, el usuario puede indicarle que se lo explique como si fuera un nutricionista, además puede indicarle que sea baja en calorías, la edad que tiene, si hace deporte, entre otros puntos que pueden ofrecer un mejor contexto a la herramienta.
4. Acudir a su memoria
Durante una sesión activada dentro de un chatbot, este tiene la capacidad guardar las conversaciones a través de un historial. De esta forma, el modelo puede tener la capacidad de entrenarse en las necesidades individuales de cada usuario y a su vez, optimizar su experiencia de uso.
Por ejemplo, si el usuario quiere que escriba como el, lo mejor es que le exponga varios textos para que se empape del estilo y, después, pedir que lo imite. Así como es posible que guarde en su memoria, prompts que la persona utiliza con frecuencia.
5. Ir con cuidado
Al usar inteligencia artificial, es recomendable ser consciente de la privacidad y seguridad de los datos. Esto significa que siempre se debe proporcionar información sabiendo que puede ser almacenada o utilizada para entrenar el sistema.
Nunca está de más verificar y comprender las políticas de privacidad de la plataforma de IA que estás utilizando para saber cómo maneja los datos ingresados.
Según Red Hat, la implementación de la Inteligencia Artificial se ha visto de manera trasversal en las industrias, sin embargo, ha tenido una mayor presencia en los sectores retail, atención al cliente y financiero del país. Para este último, la detección de fraudes puede ser uno de los mayores beneficios que arroja la herramienta, ya que ofrece una experiencia personalizada, rápida y precisa con el consumidor, mediante el uso de bots conversacionales, sistemas de recomendación o asistentes virtuales.
Foto: Archivo.
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