Ley ómnibus: «Homeschooling» en primaria

La Ley Ómnibus que presentó esta semana el Gobierno nacional habilita la posibilidad de que, a partir del segundo ciclo del nivel primario (es decir, a partir de cuarto grado), las familias de los estudiantes puedan optar por “estudios a distancia híbridos como alternativa a la educación presencial”. Hasta ahora, la Ley de Educación Nacional, en su artículo 109, solo autorizaba esta modalidad a partir de los 18 años, es decir, exclusivamente para jóvenes y adultos.

Ese cambio se suma a otros que –de aprobarse la norma– afectarían al sistema educativo, como el establecimiento de un examen obligatorio al terminar la escuela secundaria y la habilitación para que las universidades estatales establezcan aranceles para los estudiantes extranjeros sin residencia permanente en el país.

Si bien la redacción del artículo puede resultar confusa –la modalidad “a distancia” (virtual) es diferente de la “híbrida” (que combina virtualidad y presencialidad)–, algunos especialistas advirtieron que habilitar la educación a distancia a partir de los 9 años podría profundizar las desigualdades de aprendizaje, que ya son muy severas en Argentina.

“Habilitará o consolidará los distintos circuitos: la escuela estatal para pobres y las privadas y la educación en casa para quienes pueden pagarlas. Reafirmará la escuela pública cada vez más como espacio de contención y menos de instrucción”, señaló Alejandro Morduchowicz, especialista en economía y financiamiento de la educación.

Desde Padres Organizados, cuestionaron la medida. “Nos genera muchas dudas la idea del homeschooling tal como está formulada, ya que no queda claro el propósito ni los requisitos. Entendemos que deberían ser situaciones excepcionales y adecuadamente definidas. Y, sobre todo, que prioricen el interés superior del niño. O sea, que quede claramente estipulado que es una opción que se toma en casos que la presencialidad sea imposible o perjudicial”, planteó María José Navajas, cofundadora de la organización.

Para Fabio Tarasow, coordinador académico del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías (PENT) de Flacso, sería preocupante que la habilitación de la virtualidad funcionara como “una excusa para reducir costos de la oferta presencial, en lugares con baja densidad de población o alejados”. El especialista consideró que, en la escuela primaria, lo virtual “puede servir como un paliativo para situaciones excepcionales, por ejemplo los casos de chicos que sufren internaciones por enfermedad muy prolongadas”.

“Es una medida contraria a socialización, a la construcción de vínculos que acompañarán a los niños toda la vida, a la relación humana de cercanía con maestros y con pares. No está bien. Es innecesaria, a menos que detrás asomen posibles negocios con plataformas digitales”, opinó Alberto Sileoni, director de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.

Para finalizar, agregó “Si la educación se incorporara como un bien más en el mercado de negocios, abandonaríamos nuestra identidad nacional de fuerte educación pública, gratuita, para todos y todas, como fue pensada por Sarmiento y otros eminentes argentinos y argentinas; también profundizaríamos la desigualdad y la exclusión de los sectores más vulnerables a un servicio esencial, imprescindible para nuestra patria y para las personas que viven en ella”.

Foto: Archivo.

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