
Los girasoles que enfrentan el este son más saludables y productivos, según un estudio reciente. Aunque en su juventud estos girasoles pueden cambiar su orientación para seguir al sol en movimiento, al madurar, se asientan hacia el este. La investigación, dirigida por biólogos de la Universidad de California en Davis, reveló que esta orientación beneficia a las flores de varias maneras.
El calor y la luz del sol de la mañana atraen a más abejas durante las primeras horas del día, resultando en un mejor crecimiento, una producción más temprana de polen y semillas más abundantes. A medida que los girasoles maduran, su tallo se endurece, limitando su movimiento, y la cabeza de la flor se establece hacia el este.
En un experimento realizado en 2021, los investigadores voltearon girasoles orientados al este para entender mejor este comportamiento. Descubrieron que las flores que miraban hacia el este atraían significativamente más abejas por la mañana y liberaban polen más temprano, lo que coincidía con las horas pico de visita de los polinizadores.
El calentamiento del capullo por la luz solar parece desempeñar un papel crucial en este proceso. Las flores orientadas al este eran más brillantes, y las marcas visibles para los polinizadores bajo la luz ultravioleta del sol eran más pronunciadas. Además, los girasoles orientados al este producían semillas más abundantes y pesadas, y su polen tenía más éxito en la reproducción.
En resumen, la orientación hacia el este en los girasoles maduros contribuye al manejo del microclima de las flores, asegurando las condiciones adecuadas para la polinización y el desarrollo de semillas. Estos hallazgos sugieren que, aunque no es crucial, mirar hacia el este proporciona un impulso significativo para el éxito reproductivo de los girasoles.
Fotos: Reuters.
Seguí leyendo sobre