Cada año vemos actualizaciones de software y dispositivos con numeraciones consecutivas, como una forma simple de señalar la evolución de cada modelo. Sin embargo, dos de los gigantes tecnológicos, Apple y Microsoft, rompieron esa tradición cuando decidieron omitir versiones clave en sus líneas de productos. Nunca vimos un iPhone 9 ni un Windows 9, y esta decisión no fue casual ni producto de supersticiones.
Detrás de estos saltos numéricos se esconden razones de peso, tanto técnicas como estratégicas, que reflejan la complejidad de la industria tecnológica. Aunque oficialmente nunca hubo una respuesta a esta elección.
Por qué iPhone pasó del 8 al X
Cuando Apple lanzó el iPhone X en 2017, celebraba el décimo aniversario del dispositivo. Ese mismo año, la compañía también lanzó el iPhone 8, pero de manera intrigante decidió saltarse el número 9, algo que desde entonces ha sido objeto de especulación entre analistas y usuarios.
Una de las teorías más aceptadas es que Apple eligió el nombre iPhone X (pronunciado como “diez” y no como “equis”) para conmemorar la primera década del iPhone. En este contexto, utilizar el número 9 habría sido incoherente, ya que no reflejaría la magnitud del hito que el iPhone X representaba para la compañía.
Además, marcar el décimo aniversario con un número menor, como el 9, podría haber causado una confusión numérica que no estaría a la altura del evento. Apple quería que este nuevo modelo se percibiera como una evolución radical, no solo como una actualización incremental.
El iPhone X introdujo una serie de cambios significativos que lo diferenciaban de sus predecesores. Entre ellos, la eliminación del botón de inicio, el uso del reconocimiento facial (Face ID) en lugar del lector de huellas dactilares (Touch ID), y la incorporación de una pantalla OLED sin bordes. Este nuevo diseño supuso una ruptura con la línea clásica de los iPhone y pretendía consolidar a Apple como líder en innovación.
Llamar a este dispositivo iPhone 9 podría haber hecho que el modelo pareciera una continuación del iPhone 8, en lugar de la reinvención que realmente era. Por lo tanto, el número 10 o “X” reforzaba la idea de un cambio radical en la visión de los smartphones.
Microsoft y el salto de Windows 8 a Windows 10
Al igual que Apple, Microsoft tomó una decisión similar al saltarse Windows 9 y lanzar directamente Windows 10 en 2015. Aunque las razones detrás de esta omisión no fueron completamente explicadas en su momento, las pistas disponibles sugieren que la compañía estaba intentando distanciarse de un pasado problemático.
El antecedente inmediato fue Windows 8, un sistema operativo que introdujo cambios drásticos en su interfaz de usuario, sobre todo con el uso de baldosas dinámicas que trataban de unificar la experiencia entre PCs y tabletas.
Aunque valiente en su propuesta, Windows 8 fue recibido con duras críticas debido a su difícil integración con el uso tradicional de PCs de escritorio y portátiles. Muchos usuarios consideraban que el enfoque táctil no era práctico en estos dispositivos, y Microsoft lo corrigió parcialmente con Windows 8.1 en 2013, permitiendo iniciar sesión en el escritorio clásico.
Sin embargo, estos cambios no fueron suficientes para mejorar la percepción general del sistema operativo. Microsoft entendió que necesitaba un cambio de rumbo y, al desarrollar la próxima gran versión de Windows, llamada internamente Threshold, surgió la necesidad de un nuevo comienzo. Así, en lugar de Windows 9, decidieron presentar Windows 10, dejando claro que se trataba de un nuevo capítulo para la compañía.
Además de las decisiones de marketing, había motivos técnicos para que Microsoft evitara usar el número 9. Se especula que incluir el número 9 podría haber causado conflictos con software antiguo desarrollado para versiones anteriores como Windows 95 y Windows 98.
Muchos programas más antiguos habían sido diseñados para identificar las versiones de Windows basándose en los primeros dígitos del nombre del sistema operativo. Utilizar el número 9 en una nueva versión podría haber provocado errores en estos sistemas, que podrían confundir Windows 9 con los antiguos Windows 95 o 98.
Por otro lado, se mencionó que el número 9 trae mala suerte en Japón, ya que su pronunciación es similar a la palabra “dolor”. Sin embargo, esta teoría fue desmentida rápidamente, ya que no era algo que Microsoft tomara en consideración para una decisión de esta magnitud.
Fotos: Web.
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